Metabólide

Exposição Transfronteiras - Galeria Marta Traba: Memorial da América Latina, São Paulo.
Setembro/outubro 2010

O trabalho consiste na construção da palavra 'METABÓLIDE' com tijolos de argila no laguinho que circunda a Galeria Marta Traba. Na parte de dentro da Galeria, foram disponibilizadas traduções para o inglês e espanhol do texto 'Bólide' de Hélio Oiticica, originalmente em português.

Tradução para o espanhol: Julia Ayerbe; para o inglês: Gavin Adams (abaixo)














































































































































































































































29 de octubre de 1963

Bólides

Podría llamar a mis últimas obras, los Bólides, de "trans-objetos". En realidad, la necesidad de darle al color una nueva estructura, darle "cuerpo", me ha llevado a las más inesperadas consecuencias, además del desarrollo de los Bólides opacos a los transparentes, donde el color no solamente se presenta en las técnicas a óleo y a pegamento, pero en su estado pigmentar, contenida en la propia estructura Bólide. Entonces, la cuba de vidrio que contiene el color podría ser llamada de objeto premoldeado, ya que estará listo de antemano. Lo que hago al transformarlo en una obra no es la simples “lirificación” del objeto, o situarlo fuera del cotidiano, pero incorporarlo a una idea estética, tornarlo parte de la génesis de la obra, tomando él, así, un carácter transcendental, ya que participa de una idea universal sin perder su estructura anterior. De ahí la designación de “transobjetos”, adecuada a la experiencia. Vale aquí una comparación a las experiencias de artistas como Rauschemberg y Jasper Johns, creadores del combine-painting, o sea, obras en las que son conjuntadas diferentes técnicas y materiales expresivos (entendido aquí que son utilizados como expresión), algunos de ellos tal como son conocidos objetivamente, p. ex. neumáticos, tazas, aves empajadas, etc. En esas experiencias, la llegada a la objetivación, al objeto tal como es en el contexto de una obra de arte, transportado del “mundo de las cosas” para el plan de las “formas simbólicas”, se da de manera directa y metafórica. No se trata de incorporar la propia estructura, identificarla en la estructura del objeto, pero de transportarlo cerrado y enigmático de su condición de “cosa” para la de “elemento de la obra”. La obra es virtualizada por la presencia de ésos elementos, y no encontrada antes la virtualidad de la obra en la estructura del objeto. La obra que más se aproxima de una identificación con la estructura del objeto que de ella participa es el trabajo en que Rauschenberg conecta una silla que está en el piso a la parte inferior de un plan que representaría el “cuadro”, donde se desarrollan manchas de color, que al llegaren a la silla siguen por la misma, extravasando del límite del cuadro e incorporándose a la estructura de la silla. Sin embargo, aún aquí hay la incorporación a posteriori, si bien que la “elección” de la silla ya es una pseudo-identificación con su estructura; la de los objetos de las otras obras también lo es, pero prevalece allí la identificación de la estructura del objeto como signo dentro de la obra, al paso que en la obra de la silla a la que me referí, se inclina a ser la espina dorsal en la estructura de la obra y no solamente signo que se desprende de ella. Lo que ocurre, absolutamente, es la incorporación a posteriori y permanece, aún después, la contradicción de los dos términos “estructura de la obra” y “estructura del objeto” como tal, pero incorporadas una a la otra. En los Bólides que designo como “transobjetos”, si bien que el objeto que uso ya así existía como tal de antemano, p. ex., una cuba de vidrio, no hay en la obra terminada una “yuxtaposición virtual” de los elementos, pero al buscar la cuba y su estructura implícita, ya se había dado la identificación de la estructura de la misma con la de la obra, y no se sabe después dónde empieza una y dónde termina la otra. Nada más infeliz podría ser dicho que la palabra “acaso” como si yo hubiese “encontrado al acaso” un objeto, una cuba, y de ahí creando una obra; ¡no! La obstinada búsqueda “de aquél” objeto ya indicaba una identificación a priori de una idea con la forma objetiva que fue “encontrada” después, y no por “causalidad” o en la “multiplicidad de las cosas” donde ha sido elegido, pero “visada” sin indecisión en el mundo de los objetos, no como “uno de ellos que me habla a las ganas creativas” pero como el “único posible a la realización de la idea creativa intuida a priori” y que al realizarse en el espacio y tiempo identifica su voluntad estructural apriorística con la estructura “abierta” del objeto ya existente, abierta porque ya predispuesta a que el espíritu la capture. Esa experiencia, en su dialéctica profunda, ya funda, en lo que hago, en mi obra, una posición importante del problema sujeto-objeto. Antes, y todavía en una corriente de realizaciones, toda la estructura objetiva ya es creada por mi, y pronto la identificación ya existe en el momento en que las estructuras van naciendo y dándose el diálogo sujeto-objeto en una fusión más serena. En los “trans-objetos” el diálogo viene por acentuación de la oposición sujeto-objeto. Creo que puesto de ésa manera el problema, en las estructuras totalmente “hechas” por mí, cambiarán de visión, de dialéctica, en su fenomenología. En las estructuras totalmente hechas por mí hay una voluntad de objetivar una concepción estructural subjetiva, que no solamente se realiza al concretizarse por la “hechura de la obra”; ya en los “transobjetos” hay la súbita identificación de ésa concepción subjetiva con el objeto ya existente como necesario a la estructura de la obra, que en su condición de objeto, opuesto al sujeto, ya lo deja de ser en el momento de la identificación, porque en realidad ya existía implícito en la idea.

1. La definición en portugués de la palabra bólide es igual a de bólido en español: 1. vehículo automóvil que alcanza extraordinaria velocidad, especialmente el que participa en carreras 2. m. Meteor. Masa de materia cósmica de dimensiones apreciables a simple vista que, con la apariencia de un globo inflamado, atraviesa rápidamente la atmósfera y suele estallar y dividirse en pedazos. Diccionario de la Real Academia Española. [N.T.]


29 October 1963

Bolides

One could call my latest works, the Bolides, “transobjects”. Actually, the need to give colour a new structure, to give it “body”, led me to the most unexpected consequences; so did the development of the opaque Bolides into the transparent ones, where colour features not only in the techniques of oil paint and glue, but also in its pigmentary state, contained in the very Bolide-like structure. There, the glass vessel containing the colour could be called a pre-moulded object, since it was ready beforehand. What I do as I transform it into a piece is not the mere “lyrification” of the object, or the placing of this object outside daily life, but instead I incorporate it into an aesthetic idea, I make it part of the work’s genesis, causing it to gain a transcendental character, so to speak, seen to participate in a universal idea without losing its previous structure. Whence the designation “transobject”, which is adequate to the experience. It is worth to establish a comparison with the experience of artists such as Rauschenberg and Jasper Johns, creators of the combine-painting, that its, work in which diverse techniques and expressive materials (here understood as used as expression) are combined, some of which are known objectively, e.g. tires, mugs, stuffed birds etc. In such experiences, the arrival at objetification, at the object as it is in the context of a work of art, transported from the “world of things” into the plan of the “symbolic forms”, takes place in both a direct and a metaphoric manner. It is not the case of incorporating its very structure, identifying it in the structure of the object, but the point is to transport it, closed and enigmatic, from its condition of “thing” into that of “element of the work”. The work is virtualised by the presence of such elements, and the virtuality of the work was not found beforehand in the structure of the object. The work that is closest to an identification with the structure of the object participating in it, is a piece by Rauschenberg. This piece links a chair on the floor with the lower portion of a plan that represents the “frame”[picture?], where colour stains are developed, and which, as they reach the chair and continue over on it, spill out of the frame’s limit and are incorporated into the structure of the chair. Even here, however, there is a posteriori incorporation, though the “choice” for the chair is already a pseudo-identification with its structure; [the choice] of objects in other works already works likewise, but there prevails the identification of the structure of the object as a sign within the work; instead, in the chair piece to which I have referred to, this tends to be the spinal cord in the piece’s structure and it features not just a sign that peels off it. What takes place, in absolute terms, is a posteriori incorporation, and the contradiction of the two terms “structure of the piece” and “structure of the object” as such remains, even afterwards, tough incorporated into each other. In the Bolides, which I name “transobjects”, even if the object that I use already existed as such beforehand, e.g., a glass vessel, there is no “virtual juxtaposition” of the elements in the finished work; but on seeking the vessel and its implicit structure, the identification of its [the vessel’s] structure with the work had already taken place, not knowing afterwards where one begins and the other ends. Nothing more inappropriate could be employed than the word “chance”, as if I had found an object “by chance”, a vessel, and from it I had created the work; no! The obstinate search for “that” object already indicated the a priori identification of an idea with the objective form that had been “found” afterwards, and not “by chance” or in the “multiplicity of things” where it had been picked from, but “seen” [visada] in the world of objects, not as “one of those decisively speaking to my creative will” but instead as the “only one possible to the carrying out of the creative idea intuited a priori” and that, on becoming in space and in time, identifies it’s a priori structural will with the “open” structure of the existing object, open because is already predisposed for the spirit to capture it. This experience, in its profound dialectics, already founds an important position for the subject-object problem in what I do in my work. Before, and still current in my work, all objective structure is already created by myself, and therefore the identification already exists as the structures are born, the subject-object dialogue taking place in a more serene fusion. In the “transobjects” the dialogue is given by the accentuation of the subject-object opposition. Posed in this way, I believe that the problem, in the structures totally made by myself, will change its vision, its dialectics, but in its phenomenology. In the structures totally made up by me there is a will to objectify a subjective structural conception, which only takes place as it becomes concrete by means of the “ugliness of the work”; in their turn, in the “transobjects”, there is the sudden identification of this subjective conception with the existing object as necessary to the structure of the work, which in its condition of object, as opposed to the subject, already ceases to be at the moment of identification, because actually it already existed implicit in the idea.






















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